Pedro Mairal se mudó y escribió una columna a propósito para Perfil. Citamos un fragmento que embellece nuestro blog:
En estos días que anduve de mudanza, descubrí mi costado acumulador de libros y papeles. Tengo alrededor de 3.500 libros, muchos que no leí ni voy a leer jamás. Confieso que, una vez que los empaqueté y los metí en grandes bolsas negras de consorcio, me dieron ganas de que se digitalizaran todos espontáneamente en un solo libro electrónico, pequeño y liviano. Me rompí la espalda acarreando mis libros que pesan como árboles tumbados. Y el polvo que juntan y el espacio que ocupan. Son mi lastre más grande. Cuando sudaba cargándolos por ascensores, pasillos y veredas, me dije que ésta sería la última mudanza analógica. A partir de ahora me quiero alivianar, adelgazarme hasta el Kindle, flotar, leer con el cerebro colgado en lo inmaterial y comparar on line libros que pasen como bits fantasmas a través de las paredes, por el aire, a través de las fronteras, por encima de las aduanas morenistas, sin aplastar, sin empujar para abajo, sin curvar estantes, ni marcar la alfombra, ni asfixiar la vida con el peso de la cultura occidental. Quiero estar en la nube, ser info etérea en la nube.