¿ Por qué creemos que el e-book habrá de ganar la batalla sobre el libro de papel ? – Parte II

Esta columna, que se ofrecerá en varias entregas, forma parte de la publicacion periódica del Estudio Adolfo Ruiz & Asociados, “Perspectivas Microeconómicas”.


¿ Por qué creemos que el e-book habrá de ganar la batalla sobre el libro de papel ? – Parte II

El  costo de producción del libro impreso

Desde las tablas de arcilla hasta el invento de Gutenberg, la escritura fue siempre manuscrita. Esto implicaba un costo enorme de tiempo del escribiente, fuera éste su autor intelectual o simplemente el copista de la obra. Como sabemos, la imprenta arrasó con ellos, gracias a su menor costo por ejemplar y a su mayor productividad de tiempo. Como sabemos, el papel se fue abaratando a través del tiempo, aunque no así su transporte, que es cada vez más caro por los mayores precios del petróleo y sus derivados. Tampoco bajaron los costos financieros de almacenaje y distribución, que antiguamente eran casi despreciables. Pero, papel, depósito y transporte constituyen hoy, los costos ineludibles de un libro impreso, los que, desde luego, no se registran en los e-books.

El altísimo costo actual del papel y, sobre todo, de su transporte, ha cambiado las condiciones de participación de los distintos países productores en el comercio internacional de libros y materiales impresos. Ello ha llevado a que, por primera vez en la historia, se hayan impuesto en algunos países barreras a la importación de impresos, no ya obedeciendo a causas ideológicas –lo que sí había ocurrido desde siempre- sino simplemente a causas económicas. Y, como pasa habitualmente cuando se implementan dificultades o barreras aduaneras, surge la ingeniosa capacidad de eludirlas, según sea su relación costo-beneficio. Por lo tanto, las empresas editoriales gráficas deberían estar muy atentas a estas prohibiciones o limitaciones arancelarias –que aparentemente podrían beneficiarlas en un muy corto plazo-, ya que ellas podrían obrar como un disparador inesperado para la adopción del libro electrónico (aunque por cierto, en forma ilegal) y, asimismo, para fomentar el hábito de lectura en las pantallas con tinta electrónica.

 

Otras ventajas del libro electrónico

Una ventaja no menor del e-book para el consumidor o lector, es la casi infinita capacidad de almacenamiento electrónica. Cuando una persona habita una vivienda de alto costo por metro cuadrado, no puede estar dedicando –en términos económicos- un importante espacio para alojar bibliotecas que ocupen cinco o diez m2, como mínimo. Obsérvese que hoy, hasta en los concursos literarios de grandes editoriales internacionales, se admiten archivos electrónicos de quienes se inscriben en él y a veces, este soporte es el único en el que se reciben.

Y existe otra ventaja adicional no despreciable: la facilidad de acceso a un título. A todos nosotros nos ha ocurrido tener que dedicar muchos minutos a la búsqueda de determinado ejemplar en nuestra biblioteca, sea porque lo archivamos mal o bien, porque lo prestamos y nos olvidamos de haberlo hecho. Los libros electrónicos permiten múltiples clasificaciones en distintas “solapas” y, por otra parte, resultan muy fáciles de copiar para sus préstamos, sea mediante un e-mail o un pen-drive.