Disculpen ustedes que nos ponemos un poquito más solemnes en este post. Como pueden ver, El club hay de todo, como en botica. Para aquellos que no conocen a Roger Chartier, deben saber que es un gran -quizás el más célebre- estudioso de la lectura. No de los libros, que quede claro, sino de esta actividad que realizamos exclusivamente los seres humanos y que consiste en extraer información de símbolos escritos.
La lectura ni es eterna ni fue siempre igual, por eso se puede contar su historia a lo largo de la historia de la humanidad. Roger Chartier estuvo de gira por latinoamérica y durante su paso por Chile dio un seminario muy interesante. De él quedó un PDF de su ponencia “Leer la lectura”; muy interesante tanto para curiosos, como para estudiantes y académicos. Toca sucintamente todos los temas relacionados con la edición electrónica y la distribución de conocimiento. La recomiendo mucho y comparto un fragmento a continuación específicamente dedicado a la evolución de la forma de leer:
La revolución digital modifica todo de una vez: los soportes de la escritura, la técnica de su reproducción y diseminación, y las maneras de leer. Tal sincronía resulta inédita en la historia de la humanidad. La invención de la imprenta no modificó las estructuras fundamentales del libro, compuesto tanto antes como después de Gutenberg por pliegos, hojas y páginas reunidos en un mismo objeto. En los primeros siglos de la era cristiana, esta nueva forma del libro, la del codex, se impuso a costa del rollo, pero no estuvo acompañada por una transformación de la técnica de reproducción de los textos, siempre asegurada por la copia manuscrita. Y si bien la lectura ha conocido varias revoluciones, señaladas o discutidas por los historiadores, todas ocurrieron durante la larga dura ción del codex, estas son las conquistas medievales de la lectura silenciosa y visual, la pasión por leer que embargó el Siglo de las Luces, o incluso, a partir del siglo XIX, la entrada en la lectura de recién llegados: los medios populares, las mujeres y los niños, tanto dentro como fuera de la escuela (Guglielmo Cavallo y Roger Chartier, dir. 1997).
Vía @mcoloma