Hoy me prestaron un Ipod touch para probar cómo es la aplicación de Kindle para ese aparato. En este caso, no hay diferencia con el Iphone, usan el mismo sistema operativo.
Busqué la aplicación de Kindle en el App Store de Apple y la instalé rápidamente y casi sin esfuerzo, algo bien Mac. Luego de instalada, ingresé con mi usuario y contraseña; inmediatamente la aplicación se sincronizó con Amazon y descargó el único libro que compré hasta ahora (todos los demás los metí vía USB). Cuando hice clic en él, ingresé directamente en la última página que leí en el Kindle. No sé si me gusta o no que Amazon sepa cómo leo. Bah, no me gusta. Pero ahí estaba la página, sin señalador, en la ubicación exacta.
Todo esto es apenas la suma de una estrategia difundida y generalizada aunque no aplicada en todas las plataformas y sistemas: la ubicuidad. El libro que compras debe estar disponible todo el tiempo en todos los dispositivos posibles. Lamentablemente esta idea no se cumple por completo. Los dispositivos Apple que hasta ahora son minoritarios, tienen un excelente servicio. Los equipos Blackberry y Nokia, mayoritarios en muchas partes del mundo, no. Son cosas que pasan.
Quise probar la aplicación de Nook, que va en el mismo sentido que la de Kindle, pero la gente de Barnes & Noble todavía no se decide a desembarcar en Argentina (y creo que tampoco en latinoamérica) por lo que, si bien la aplicación existe, no aparece en los dispositivos que operan desde el país.
Volviendo a la aplicación de Kindle, obviamente es mucho más ágil de navegar que en el mismísimo Kindle, incluso para buscar más textos disponibles. Esto se debe a la innegable facilidad de uso que ofrece Iphone/Ipod. Después, es todo más o menos igual, aumentar o disminuir el tamaño de la tipografía, pasar de página con el dedo y hacer marcas o notas.
Personalmente prefiero no leer en una pantalla brillante porque me fatiga la vista pero para quienes gusten de hacerlo, no duden en probar, funciona de maravillas.