Navegando sin rumbo nos encontramos con el video que está a continuación. Es una publicidad que dura 1:28 y que tiene a un producto de Mac como protagonista, específicamente el célebre iPhone.
El producto que se pretende vender no es ni más ni menos que una billetera en la que entra el teléfono, pero también la tarjeta de crédito, los billetes y hasta una identificación que podría ser la cédula o el renovado “DNI tarjeta”.
¿Y por qué hablamos de esto en el Club del ebook? La publicidad no es del teléfono sino del accesorio, la billetera que con la ayuda del teléfono centraría toda nuestra vida en un solo objeto que contendría a todos los demás (¡Un Anillo para gobernarlos a todos, un Anillo para encontrarlos,: un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas!). El sueño de los padres setentistas que andaban con la carterita sobaquera de acá para allá. Pero precisamente lo interesante es que en el instante 0:11 se lo puede ver a nuestro amigo sentado en lo que suponemos la mesa de un bar, leyendo algo que parece ser un libro. La imagen está borrosa, como si quisiera pasar desapercibida, pero ahí está el señor leyendo.
Precisamente en la publicidad que propone una vida anclada a un único objeto: las compras, el ocio y los trámites, eso que podría tranquilamente incluirse como la lectura de un libro, queda afuera.
Esto nos sirve para pensar que nos podemos relajar un poco. Que no es todo ni blanco ni negro, podés ser súper tecnológico y leerte un librito que tenías en casa. Podés ser un amante del libro de papel pero reparar en las ventajas del llamado paradigma digital a la hora de conseguir un libro que, por ejemplo, está agotado en las librerías. Respiremos hondo, podemos disfrutar.