Todos los estudiantes universitarios argentinos tenemos que lidiar con el flagelo de las fotocopias. Desde los que estudiamos en universidades públicas hasta los que estudian en las universidades privadas más exclusivas.
Pensando en esto, el potencial del formato para la vida académica y escolar resulta incalculable. Desde antes de que la gente de Mac hiciera el estruendoso anuncio de hace unos días sobre su nuevo programa para editar libros de texto en ebook, muchas editoriales estaban trabajando en el tema con gran esfuerzo. El viejo manual con el que muchos de nosotros estudiamos también tiene los días contados. Más tarde o más temprano el ebook llegará a las aulas.
Hoy traigo el ejemplo de una empresa estadounidense que tiene un esquema muy interesante en lo que se refiere a al consumo de libros académicos. Se llama Chegg y su negocio es el alquiler de libros. Allá, como acá, los libros universitarios son especialmente caros. Lo que hace muy interesante la posibilidad de alquilarlos por un cuatrimestre o semestre.
Simplemente buscas tu libro por el título o ISBN, lo encargas y mientras está en camino, esta empresa te “presta” el mismo libro pero en formato electrónico para que puedas ir avanzando con tu estudio. Esto sería un sistema mixto, combina el libro papel y el ebook. ¿Interesante, no?
Al mismo tiempo, también te venden o te alquilan el ebook directamente. Dependiendo si alquilás o comprás el libro te permiten un determinado volumen de copia y de impresión. En otras palabras: si comprás el ebook te permiten copiar y/o imprimir hasta el 50% del texto. Si lo alquilás, hasta el 10%. Todo esto se puede hacer gracias a una tarjeta de crédito que el estudiante brinda generosamente a Chegg para que pueda cobrar el cargo correspondiente al consumo.
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