Siete claves para entender el futuro de la industria editorial

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Mucho se está escribiendo en estos días acerca de la revolución que se cree que traen los libros electrónicos. Como hace mucho tiempo no pasaba en ese campo, los eReaders y los eBooks pusieron a editores, autores y -por qué no- lectores frente a nuevos desafíos.

En un lindo artículo del Huffington Post, John B. Thompson escribió sobre la crisis en el negocio editorial luego de “casi 500 años sin cambios en los métodos y prácticas de la edición de libros”. Según él, se trata del reto más grande desde la creación de la imprenta por parte Gutenberg (eso lo podemos discutir, creo).

Lo cierto es que el mercado de la edición de libros se ha transformado profundamente a nivel económico desde la década de 1960, convergiendo en el panorama editorial actual, en un puñado de grandes empresas editoriales con sede en Nueva York y Londres que agrupa a los autores más relevantes y populares. Estas empresas son sólo un engranaje en los grandes conglomerados multimedia, asistidas por un puñado de agentes que se han convertido en la única puerta de entrada para que un libro vea la luz. En medio de esto, el panorama muestra una disminución del número de puntos de venta de los libros, con pocas cadenas de varios locales y cada vez menos minoristas. Junto a ellos, el gigante de Amazon.

Según el artículo de Thompson, la venta de libros electrónicos representó alrededor de un 0,1 por ciento del ingreso total de las grandes editoriales comerciales de Estados Unidos en 2006 pero luego creció exponencialmente hasta convertirse en un 20% actual. Se calcula que en cinco años puede llevar a superar el 60% de los ingresos. Esto lo lleva preguntarse si los libros impresos se convertirán en una pieza de colección que se encuentra sólo en librerías de segunda mano y ventas de garaje, tal como hoy pasa con los vinilos.

Frente a esto, plantea un escenario con siete claves:

Primero, Amazon seguirá creciendo como un canal de venta, mientras que los locales tradicionales (incluso Barnes and Noble) se achicarán más, con cierre de negocios y reducción de personal.

Segundo, los editores con números contables débiles y las empresas no muy firmes se enfrentarán a crecientes dificultades financieras. Las presiones sobre las pequeñas y medianas editoriales se intensificarán y algunos de los grandes conglomerados mediáticos es probable que decida que ha llegado el momento de despojarse de sus intereses comerciales editoriales, que siempre fueron una parte muy pequeña de su negocio global. Esto llevará a una mayor consolidación en las manos de un pequeño número de grandes empresas que mantienen su compromiso con el comercio editorial.

Tercero, disminuirá el espacio de venta en las librerías – los escaparates, el frente de la tienda con las clásicas mesas de exhibición e incluso las estanterías- y disminuirá el espacio de crítica de libros en los medios impresos tradicionales como The New York Times, dos factores que harán más difíciles para los editores dar a conocer sus obras, a la vez que motivará el marketing on line.

Cuarto, el cambio de la impresión tradicional a los lanzamientos en digital continuará y se profundizará, aunque la velocidad y la magnitud del cambio puede variar de un tipo de libro a otro y de un autor a otro. Los ingresos que provengan de los libros electrónicos también aumentarán, aunque las cifras no son claras.

Quinto, a medida que las ventas de títulos digitales aumente, las grandes editoriales se enfrentarán a una baja en sus ingresos y a una creciente presión para eliminar gastos en un intento de mantener o mejorar su rentabilidad.

Sexto, la infraestructura de apoyo a la cadena del libro de suministro tradicional – almacenes, fuerzas de ventas, etc – estará bajo creciente presión, obligando a las editoriales a reducir sus operaciones y buscar nuevas formas de mantener la cadena de suministro física, mientras que ir al mismo tiempo deberán cambiar sus organizaciones a una nueva forma de hacer negocios.

Séptimo, proliferarán las operaciones de editoriales pequeñas o empresas innovadoras empresas y bajarán los costos de la cadena tradicional de libros.